¿Tiene idea de cuántos problemas relacionados con su bienestar puede ayudar a remediar la práctica de algún deporte? Son muchos y, como usted sabe, a mayor edad resultan más recurrentes algunos padecimientos, principalmente en la mujer.
Por prescripción médica o bien por voluntad propia, lo más recomendable es que ejercite el cuerpo para mejorar su salud. De manera que si está en el periodo de vida conocido como climaterio (después de los 45 años de edad) puede estar segura que ejercitarse le proporcionará mejor calidad de vida.
En esta etapa es típica la depresión y los cambios de humor involuntarios, los cuales pueden combatirse si se siguen sencillas rutinas de ejercicio. Hacerlo de manera periódica propicia que se liberen endorfinas, adrenalina y cortisol, sustancias bioquímicas que produce nuestro organismo y que van a dar directamente al cerebro, generando con ello inigualable sensación de bienestar.
De acuerdo a estudios recientes, la gimnasia muy sencilla es el mejor aliado para reducir la presión arterial alta y elevar la cantidad de colesterol bueno (HDL, que ayuda a contrarrestar los niveles del que daña las arterias). Por si fuera poco, el mismo ejercicio colabora en la fijación de calcio en los huesos, necesario por el desajuste hormonal característico del climaterio. Ahora que, si se ha hecho presente la osteoporosis (enfermedad que debilita los huesos y provoca fracturas), lo recomendable es practicar la natación, ya que no se carga con todo el peso del cuerpo y no se corre el riesgo de una caída de fatales consecuencias.
En tanto que, si usted ha sufrido la terrible experiencia de un infarto, está científicamente comprobado que el ejercicio aeróbico (correr, bicicleta o nadar) moderado ayuda a que poco a poco el corazón recupere su estado óptimo. Igual condición se logra al andar en bicicleta lentamente, al caminar o correr a ritmo suave (máximo de 30 minutos por sesión), tres veces por semana.
Pero si la intención es reducir el sobrepeso, hacer ejercicio de baja intensidad y por periodos prolongados tiene efectos en la quema de calorías. Por otra parte, si usted padece diabetes, practicar caminata o natación durante varios minutos mejora la sensibilidad a la insulina. Para la artritis, estiramientos y ejercicio de bajo impacto ayudan a lograr mayor movilidad de las articulaciones y reducción del dolor.
Vale la pena mencionar que si usted se identifica con alguna de las enfermedades a las que hemos hecho referencia, debe recurrir a un médico para que le practique un examen general que determine cuál es la intensidad apropiada de ejercicio físico de acuerdo a su condición
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